La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha confirmado hoy en todos sus términos la sentencia que en abril de 2022 condenó al Servicio Canario de Salud a pagar una multa de 20.737 euros a una persona transexual, a la que se le negó la realización de una faloplastia, según ha informado Confilegal.
La persona tuvo que operarse en una clínica privada en agosto de 2018 porque la Seguridad Social le denegó la intervención.
Los magistrados han desestimado en la sentencia los recursos de uplicación interpuestos por la Seguridad Social y por la propia persona afectada, que también había reclamado 7.000 euros por una mastectomía.
En el segundo caso el jurado ha considerado probado que la Seguridad Social le desaconsejó la intervención de mastectomía porque llevaba menos de un año en tratamiento hormonal. A pesar de ello, un centro privado sí le realizó la intervención.
La sala ha analizado el historial médico, donde se encuentra el diagnóstico por disforia de género por distintos facultativos desde 2017, y se ha concluido que se trata de un caso en el que la denegación de la intervención no tenía justificación. Por esta razón se condena aa abonar la operación que esta persona trans tuvo que hacerse en una clínica privada.
«Cuando se plantea la recuperación del reintegro la administración rechaza la misma argumentando que la parte actora acude por decisión propia a los servicios distintos a los de la Seguridad Social y sin contar con autorización, cuando es evidente que no es así, ya que la decisión de acudir a la clínica privada (…) para hacerse la faloplastia no fue una decisión unilateral y caprichosa de la parte actora, sino que acudió a dicho centro sanitario porque la sanidad pública en la que estaba siendo tratada no podía facilitarle tal prestación». «En el caso presente, el SCS ni siquiera acordó la derivación a otro centro público, como solicitado endocrinologia, es decir, excluye sin posibilidad alguna de obtener otra solución en el circuito de atención sanitaria pública».
En este caso, además, señalan que ha sido crucial el hecho de que la persona transexual «presentaba una ansiedad creciente y agravación de su trastorno adaptativo a medida que se demoraba la atención médica». En este sentido, se considera que su salud mental corría peligro, incluso su propia vida, al tener ideas de suicidio.
