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Macarena Olona: «A los negacionistas de la violencia machista hay que enviarles a la caverna de la que no debieron salir»

Entrevista a Macarena Olona, candidata al Congreso de los Diputados por Caminando Juntos

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Macarena Olona es abogada del Estado y política. En los últimos años fue diputada en el Congreso de los Diputadas por Vox, además de una de las principales imágenes del partido presidido por Santiago Abascal. Su proyección política hizo que se presentara como candidata a la Junta de Andalucía en las elecciones autonómicas de 2022, donde no obtuvo los resultados que la formación esperaba.

Ahí se inició una durísima ruptura con el partido de extrema derecha que ha terminado en un enfrentamiento abierto.

Olona presentó su proyecto político, Caminando Juntos, con el que opta en estas elecciones generales a obtener representación parlamentaria. El programa de esta nueva formación difiere en algunos aspectos tanto de lo que defiende Vox que, en muchos círculos, se dice que Macarena Olona ha vivido una especie de epifanía.

¿Qué le pareció el debate Sánchez-Feijóo?

Bueno, la verdad es que no pude verlo, no pude seguirlo más allá de las publicaciones que se fueron haciendo en redes sociales, porque estaba de camino desde Granada, desde Motril, hacia Madrid. Creo que me puedo hacer una idea bastante aproximada de la conclusión que habría sacado si lo hubiese visto en televisión. Fue una imagen triste porque nos mostró nuevamente un bipartidismo rancio que pensábamos que ya estaba olvidado y que era época pasada en España. Volvimos a ver a unos señores hablando de la igualdad en nuestro nombre, como mujeres; a unos políticos que se interrumpían, no hacían caso a los moderadores, se descalificaban y que hablaron muy poquito de los españoles y de las necesidades de los españoles. Si alguien pretendía ver en ese debate una pelea de gallos supongo que estará muy satisfecho del resultado, pero, precisamente, Caminando Juntos irrumpe en la escena política, logrando una gesta histórica que es constituir un partido en 7 días y haber conseguido levantar los avales necesarios para que podamos concurrir por 10 provincias. Si estamos haciendo toda esta carrera de obstáculos, es porque creemos que otro camino en España, en política, es posible y que hoy, especialmente con la desaparición de Ciudadanos, con un Vox y un Podemos cada vez más en el extremo del tablero político, que no representan una alternativa, es necesario que haya una formación política constitucionalista demócrata que ponga un foco de luz en esas habitaciones oscuras donde al bipartidismo tanto le gusta estar.

¿Qué diferencia hay entre lo que propone la Macarena Olona de Caminando Juntos y lo que defendió durante su etapa como parlamentaria de Vox?

Caminando Juntos no tiene parangón con ningún otro partido político. Me da igual que hablemos de Vox o de cualquier otro. En política lo que se dice es que o te etiquetas o te etiquetan y se ha intentado encasillar a Caminando Juntos en el centro, algo que es absolutamente incorrecto. Nosotros somos un proyecto transversal de marcado carácter social, con una importante conciencia social que no tiene parangón, no tiene reflejo en ninguna otra formación política y que lo evidencia desde la misma estructura del partido, con una vicepresidencia derecha y una vicepresidencia izquierda, hasta el mismo programa.

Esa transversalidad entiendo que también se refleja en la composición de sus listas, ¿verdad?

Evidentemente. En Caminando Juntos tenemos personas de muy distinta procedencia política. Tenemos ex Podemos, ex PSOE, ex Vox, ex Ciudadanos, ex PP y también personas que no han tenido ninguna significación política con anterioridad, pero que tenemos en común el estar convencidos que es tiempo de que alguien ponga el foco en la necesidad de que la vida de las personas corrientes vuelva a la política y que es el tiempo de una segunda transición en España.

¿Son conscientes de que no van a ganar las elecciones?

Somos muy conscientes de las aspiraciones que podemos tener en este momento en el que, repito, ha sido una gesta histórica el poder constituir un partido nacional en 7 días, pero sabemos también que el resultado de estas elecciones, incluso en el mejor de los escenarios, no va a permitir que asumamos la Presidencia del Gobierno, a pesar de que hoy, dentro de esa gesta histórica, somos una de las 5 formaciones políticas que optan a la Presidencia del Gobierno de España y que estamos sentados en la mesa de los mayores. A diferencia de otras formaciones políticas como, por ejemplo, Sumar, que llevan 8 meses de existencia de recorrido, a pesar de que formalmente no se inscribieron como partido hasta después de la convocatoria de las elecciones anticipadas, pero que han tenido, es evidente, una trayectoria mucho más sencilla que la nuestra y que ahí sí que podemos hablar de una pelea de sillas porque en Sumar no hay ninguna diferencia programática respecto de Podemos. Lo que hay es una lucha cainita que ha dado lugar a que se acuchillen por la espalda y a, desde luego, el sacrificio de Irene Montero, con quien me separan grandes diferencias ideológicas, pero que eso no me impide que pueda reconocer que lo que han hecho con ella es matarla políticamente por una cuestión de pelea de sillas. Ha ganado otra facción dentro de Sumar y como resultado de ello, pues ella está fuera. La sororidad no se escucha mucho cuando hay que luchar por la poltrona pública.

En el proyecto de Caminando Juntos, ¿queda algo de Vox?

Caminando Juntos no tiene nada que ver con Vox porque hay un planteamiento radicalmente distinto. Nosotros venimos a intentar traer a la política la casa común del sentido común. Si me hablas del Vox actual con la actual deriva tomada por sector más ultra del partido, pues estaríamos en las absolutas antípodas porque ellos miran una España cada vez más chica y nosotros lo que pretendemos con este proyecto transversal es que, no te voy a decir los millones de españoles que se quedaron en la abstención en las pasadas elecciones de noviembre de 2019, pero sí que aspiramos a que una buena parte de esos abstencionistas puedan retomar la ilusión, porque nuestro objetivo prioritario no son los votantes del PP, del PSOE, de Vox o de cualquier otro partido. No, nuestro objetivo son los desheredados del sistema, los que, a golpe de decepción, sienten que la política actual ya no les representa. A ellos, particularmente, se dirige este proyecto porque, como decía Julio Anguita en su famoso discurso de 1999, hombres y mujeres de España, tenéis derecho a no resignarnos, y eso es lo que pretendemos hacer en Caminando Juntos.

La Justicia es el problema más grave que tiene España, sobre todo por la percepción del ciudadano de que puede haber elevados niveles de corrupción, sobre todo en las altas instancias. Usted, como abogada del Estado, ¿comparte esa percepción? ¿Hay que hacer una revolución absoluta en la Justicia?

Ya lo decía Mercedes Alaya cuando se atrevió a luchar contra la corrupción en Andalucía con ocasión del inmenso fraude cometido a través de los ERE: hay una justicia para poderosos y una justicia para no poderosos, y esa es la realidad que percibe la ciudadanía en la calle y que, además, es así, es real, no es una falsa percepción. El bipartidismo ha querido precisamente, y las muletas de los extremos que ahora les sirven no lo han cambiado, que no haya un gran pacto por la Justicia, que no se dote de medios a la Justicia.

¿Cuál es la posición de Caminando Juntos respecto a la estructura territorial del Estado?

Nosotros defendemos la actual estructura territorial del Estado. Consideramos que las comunidades autónomas son un elemento vertebrador fundamental. Sin embargo, ello no nos impide que defendamos, como así defendemos en el programa, que para garantizar la igualdad de oportunidades de todos los españoles sea necesario que determinadas competencias básicas retornen al Estado para que se gestionen bajo un mando único. Esas competencias son seguridad, sanidad, educación y justicia. Se retornaría bajo un mando único en la toma de decisiones y habría una descentralización en la gestión a través de las subdelegaciones y delegaciones del Gobierno para evitar incrementar la industria política, que es otra de las medidas de Caminando Juntos, reducir la industria política y reducir a la mínima expresión los privilegios de la clase política.

Usted habló anteriormente de una segunda transición…

Esa segunda transición se concreta en 17 medidas. Somos conscientes de que en este arranque inicial nosotros a lo que aspiramos es a ser llave del próximo Gobierno de España para que no dependa ni de extremos ni de fuerzas políticas que tienen en común su odio a nuestra nación. Así que hemos diseñado un contrato social con el electorado, con los votantes, que somos conscientes es disruptivo. Retomando el hilo de lo que antes hablábamos, llevamos medidas que tradicionalmente se considerarían de derechas, como puede ser la defensa de la integridad territorial de España y otras medidas que tradicionalmente se considerarían de izquierdas, como puede ser blindar constitucionalmente pensiones públicas dignas o construir un gran escudo social que permita que la sanidad pública, la educación pública, los servicios públicos sean de calidad y se presten por igual en todo el territorio nacional.

Para conseguir eso son necesarias políticas de justicia fiscal…

Hoy, en España, no hay justicia fiscal. Cuando en la España rural pagan los mismos impuestos que la España urbanita, a pesar de que, evidentemente, los servicios públicos a los que accede son, muy inferiores y de peor calidad.

Fue muy comentado su inicio de campaña en un prostíbulo…

Nosotros llevamos otra serie de medidas que son claramente una apuesta decidida por la libertad del individuo, como es la de regular la gestación subrogada y la regulación de la prostitución para garantizar, en el primer caso, los derechos de todas las partes intervinientes y, en el segundo, la dignidad de las condiciones laborales de los profesionales del sexo. Libertad del individuo y menos intervención del Estado porque, al margen de ideologías, si escuchamos una protesta común en la calle, porque nosotros venimos de la calles, es que los ciudadanos están hartos de que el poder público, los políticos, tengan que decirles cómo tienen que comer, cómo tienen que vestir, cómo tienen que amar, cómo tienen que pensar, criminalizándose cada vez más cualquier manifestación de esa libertad del individuo. El individuo necesita libertad, que es lo que nos hace personas, y necesitamos un Estado fuerte, pero para ese escudo social, no para meterse hasta en el lecho de los españoles. Esto lo digo literalmente porque estoy recordando en este momento a la secretaria de Estado de Igualdad cuando se refirió al resultado de una encuesta donde se había preguntado a las mujeres si preferían la penetración o la masturbación, y que ese resultado fuese que el 75% hubiese dicho que preferían la penetración, algo que calificó como como violento. El ser humano necesita libertad.

Otra de las cosas que también ha sorprendido de su programa es la defensa de la convocatoria de un referéndum sobre la Monarquía. ¿Eso no es muy de izquierdas?

Existe una derecha republicana que es cierto que no tiene una representación actualmente ningún partido y lo que no existe hasta ahora era un partido, como es Caminando Juntos que, en su punto segundo, defiende la libertad del individuo, defensa de la libertad de las personas en España sin ningún tipo de discriminación. Dentro de esta medida se incluye, entre otras manifestaciones, el que se celebre una consulta sobre si la Jefatura del Estado tiene que adoptar la forma política de una República o una Monarquía. Esto te lo dice alguien que es presidenta de un partido nacional que lleva esa medida en su programa y que es monárquica. Nosotros defendemos la libertad del individuo y consideramos que hay que dotar de mayores espacios de decisión a los ciudadanos en España para que dejemos de ser lo que somos actualmente, electores a los que cada cuatro años los partidos políticos nos vuelven a tomar el pelo con las mismas promesas de siempre. Nos incitan y nos animan a que vayamos a votar y después de votar nos convertimos en simple pagadores porque, por más que protestemos, ni siquiera hay una consecuencia legal en caso de que los políticos mientan. No hay que tener miedo a la democracia y eso está en el ADN de Caminando Juntos.

¿Hay que avanzar hacia una reforma constitucional?

Es evidente que una reforma constitucional en este momento con estas mayorías es algo que parece casi una quimera. España necesita que el debate político vuelva al ring. Este es un ejemplo que me pusieron en política, que hago mío, porque creo que es muy expresivo. Todo lo que esté dentro del ring político es válido, se puede hablar y debatir de todo lo que esté dentro del ring político, de la democracia. El problema es que, en la actualidad, como consecuencia de los extremos que han irrumpido en el ámbito político, el debate se ha sacado de ese ring y eso es inadmisible, porque hace que las mínimas bases el suelo de nuestra democracia, sean lo que verdaderamente estén en un riesgo, en un riesgo político y democrático. Ahora lo más urgente no es hablar y si es necesaria o no una consulta. Esto no está en el comer de las personas. Lo que es perentorio es que consigamos reconducir, como consecuencia del voto del próximo 23 de julio, el debate político al río. Está claro que hoy tenemos solamente dos certezas, que no es poco tal y como está el panorama político. Una certeza es que el próximo Presidente del Gobierno de España va a ser Feijóo o Sánchez. La segunda certeza es que no va a ser con mayoría absoluta y, por tanto, vamos a tener que ir a un escenario veremos si de pacto o, simplemente, o de coalición de gobierno. Pero el bipartidismo ha puesto en marcha toda su maquinaria y lo estamos viendo en los debates electorales. Nosotros hemos pedido poder participar en el debate del próximo viernes 14 de julio en Televisión Española para que cumpla con su función de representar el pluralismo político, porque es un debate donde solo van a estar presentes Santiago Abascal, Yolanda Díaz y el presidente Sánchez, dado que Feijóo ha dicho que no va a participar. Es evidente que tenemos que volver a ese ring político que pasa porque eliminemos del ruido a esos extremos que necesitan la polarización y de los que el bipartidismo está haciendo auténticas muletas para pervivir en el sistema hasta que dejen de utilizarlos y, entonces, los rompan como juguetes rotos que son.

¿Cuál es la columna vertebral de su programa en política de igualdad?

Por un lado, vamos a luchar contra la violencia machista promoviendo un gran pacto de Estado combata a los negacionistas. Por otro vamos a promover la igualdad entre hombres y mujeres en España desde un feminismo inclusivo. Alguien tiene que levantar la voz en base a los datos objetivos para denunciar que toda la legislación que se ha aprobado en España para combatir la mal denominada violencia de género es un fracaso porque el promedio de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en cómputo anual no ha descendido sustancialmente desde que tenemos las primeras cifras que en el año 2003. En este mes, solamente en este mes llevamos cuatro mujeres asesinadas. ¿Por qué me refiero a la mal denominada violencia de género? Los conceptos de violencia de género y violencia machista son conceptos distintos. La violencia machista es la que hay que combatir, la lacra por la que hay hombres que mantienen un concepto patológico de pertenencia sobre la mujer que hace que sientan que pueden disponer de ella hasta el punto de arrebatarles la vida. La maté porque era mía. Eso es lo que hay que combatir, reconociendo que en España, en los últimos 40 años, gracias en buena parte a la educación, hemos evolucionado de un país mayoritariamente machista a un país en el que el machismo es residual. La realidad de la violencia machista no la podemos negar y a los negacionistas de la violencia machista, a los que les cuesta pronunciar el nombre, lo que hay que hacer es enviarles, política y socialmente a la caverna de la que nunca deberían haber salido, porque hemos evolucionado mucho como sociedad.

¿Qué propone para las políticas migratorias?

Caminando Juntos rechaza los flujos migratorios descontrolados que convierten el Mediterráneo en un cementerio y que fomentan la trata y las mafias de seres humanos. Ese es el punto común que yo siempre he mantenido personalmente con Vox. El problema está en lo que te diferencia entre ser racista o ser una persona de ley y orden, porque Caminando Juntos lo que defiende en el ámbito migratorio es que se aplique la ley como se aplica en cualquier otro ámbito, que es lo que nos iguala a las personas que vivimos en España. A diferencia de la deriva de Vox y del discurso de Vox, que no es de ahora, que ha sido paulatina y que ha llevado a modificar el discurso donde antes se hablaba de la necesidad de un proceso de migración ordenada, ahora se combate la inmigración por cuestión de pureza de sangre, lo que se asemeja a otro tipo de discursos que vemos, por ejemplo en Francia con Le Pen, donde no se combate la inmigración ilegal a las personas migrantes en situación irregular, se combate la inmigración porque se considera que es un elemento que atenta contra la pureza de sangre del país, lo que en otras épocas históricas, ha llevado a exterminar a seres humanos.

Se ha llegado a decir que su proyecto político es producto de un ánimo de venganza…

No ha sido fácil el camino que llevo recorrido porque hay que ser muy valiente para salir de una secta y enfrentarte a ella. Te llaman despechada, te llaman loca, te llaman puta, te amenazan, te acosan, difunden vídeos sexuales falsos sobre ti. Hay que ser valiente para saber para a mitad de camino y cambiar de rumbo. Caminando Juntos nace por una necesidad, no de una persona en particular, sino de los españoles, de la política actual, volver al espíritu de la transición y llevar la política actual a una segunda transición. Programa, programa, programa, ahí están nuestras 17 medidas, que incluimos como un contrato social para firmar con los electores, con los votantes. Podrá gustar más o menos. Es un programa que pretende mejorar la vida de las personas. Por eso, por ejemplo, llevamos como medida un ingreso mínimo vital para todas aquellas familias cuyas rentas no superen los 36.000 euros anuales. ¿De dónde se saca el dinero? Reduciendo la industria política y reduciendo los privilegios de la clase política. Al margen de que puedas coincidir más o menos con las medidas que Caminando Juntos lleva en su programa, hay una razón por encima de todo por la que yo pido el voto: es necesario que el bipartidismo no se quede a solas en una habitación oscura sin la presencia de una fuerza constitucionalista y democrática. Quiero volver al Congreso de los Diputados porque el foco que Caminando Juntos va a poner no distingue de colores y nosotros no tenemos ni ataduras ni hipotecas. Nuestros únicos jefes son los españoles, las personas que viven en España, a ellos nos debemos y el foco que vamos a poner en mitad de esa habitación oscura es un foco que es necesario para que la vida de las personas corrientes vuelva a estar en el centro de la acción política.

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