¿Me prostituyo?

Desde hace 15 años soy autónomo y ofrezco mis servicios de consultoría, estrategia, ventas y mentoring. Puedo usar mi boca para hablar y mis manos para teclear con el fin de asesorar y enseñar a directivos y a emprendedores para que cumplan sus objetivos y tengan un final feliz en su desarrollo profesional. A cambio de alquilar por horas mis servicios de consultoría recibo un dinero. También puedo usar mi cuerpo para acompañar a clientes en comidas de empresa y viajes de negocios.

Pues bien, según la actual proposcion de ley sobre prostitución, no puedo usar mi boca ni mis manos si es para dar placer físico a otra persona, ni que alquilen mi tiempo, ni mucho menos presentar facturas y cotizar a autonomos por ello.

¿Me pueden explicar dónde está la diferencia moral entre ambos servicios?

Un gobierno valiente progresista debería de una vez, legalizar a las como mínimo 150.000 personas españolas que ejercen la prostitución, y permirtirlas darse de alta como autónomas, para tener sus derechos y obligaciones como el resto de personas trabajadoras que contribuimos al PIB,  al bienestar, y a al respeto de las minorías.

Justificar la prohibición de la prostitución al relacionarla con la trata de blancas y la explotación, es como relacionar a la hostelería española con el garrafón, y creer que nuestras estrellas Michelin son prostitutas de lujo. 

El intercambio de conocimientos en una relación comercial de consultoría se da solo si existe consentimiento por ambas partes. Por mucho, que todo consultor junior se somete después a extenuantes jornadas laborales de hasta 14 horas diarias. Por no hablar de cuánto curramos los autónomos para dar satisfacción a nuestros diferentes clientes, e incluso ser falsos autónomos de instituciones públicas. Aquí, bien que miráis para otro lado, y de las que escribiré en otra columna.

Por supuesto, hay que perseguir la explotación de personas, vengan de donde vengan y sean del género que sean, pero con empatía hacia las que otorgamos el papel de víctimas sin que hayan pedido serlo, y menos aún prohibirlas ejercer el oficio más antiguo del mundo. ¿Dónde queda su libertad?

De la misma manera, si los servicios personales que ofrezco son ilegales, según el artículo 187 BIS de la proposición de ley, al igual que van a prohibir los lugares que se lucran al promover y permitir la prostitución, también se deberían prohibir los coworkings y fundaciones donde ejerzo mis servicios. Recuperando las figura penal franquista de tercerías locativas que fue eliminada del Código Penal en 1995 por un gobierno progresista.

Así mismo, ¿vais a prohibir los anuncios financiados con fondos Next Generation de la Unión Europea que fomenten actividades donde nos prostituyamos los consultores que ofrecemos finales felices a nuestros clientes?

Llegados a este punto, pudieras estar pensando que soy uno de los puteros españoles que hacen de España el primer país de la Unión Europea, y el tercero que más prostitución consume del mundo. Pues contarte que solo he contratado una vez los servicios de una consultora física a cambio de 100 € la hora, y fue para comprobar que en efecto las mujeres trans me gustan. 

A ver si la consultoría y mentoring de emprendedores es una droga legal como el alcohol, y ¿la consultoría física sexual es ilegal?

Si alquilo mi tiempo y talento para ofrecer un final feliz a mis clientes de consultoría, ¿soy un prostituto? 

Si no lo soy, ¿por qué no se legalizan a las personas que ofrecen su tiempo, su cuerpo y su talento de forma voluntaria y con consentimiento con el mismo objetivo que yo? 

GO!