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Muerto el perro… ¿se acabó la rabia?

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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Por fin ha dimitido Pablo Iglesias. El fascismo ha triunfado. O al menos eso creen ellos. Se me ocurren un par de preguntas. Una, ¿han triunfado sobre el hombre, o sobre el político? Dos, ¿ha dimitido por miedo, o por generosidad? Como el fascismo no es humano, cree necesariamente que ha vencido al político. Es decir, que las ideas fascistas han prevalecido sobre las socialcomunistarras. Como el fascismo no conoce la generosidad, los fascistas creen que Pablo Iglesias ha dimitido por miedo. Sin embargo, el asunto es bien distinto. Han vencido al hombre, no al político. Han acabado con el cuerpo, no con el espíritu. Han matado a la persona (como suelen hacer ellos) pero ha sido demasiado tarde: el ejemplo ha cundido, y su herencia, en forma de vicepresidencias, está gobernando; un partido político escindido de él mismo ha sorpasado al Psoe en Madrid, y la rabia, autentica condición de los más necesitados (“días y flores” de Silvio Rodríguez) se ha extendido entre muchos de nosotros.

Un escrache es afear una conducta a un político y hacerlo en la calle, porque ese político se niega a recibirte y no te deja otra oportunidad de expresión. Acto seguido cada cual se va a su casa, y punto. Lo que le han hecho a Pablo Iglesias ha sido, y sigue siendo, un acoso criminal como no se ha visto en la historia de nuestra democracia. Tuvimos terrorismo, y personas como Santiago Abascal necesitaron llevar escolta (y vaya desde aquí mi solidaridad y mi reconocimiento), pero ahora una familia sufre un ataque inmisericorde por parte de un sector de la población (semianalfabeta) azuzada por núcleos de poder que piensan que “muerto el perro, se acabará la rabia”, sin sospechar lo extendida que está la rabia y el peligro que corren. Son los estertores del capitalismo, aunque de esto hablaremos en otro artículo.

Pablo Iglesias ha equivocado su discurso en multitud de ocasiones. Ha confundido lo que él creía que eran las prioridades de la gente, con las auténticas prioridades de la gente. Ha pecado, en resumidas cuentas, de adolescencia política. ¿Y acaso no es lógico? Además, le ha faltado autoconocimiento, autocrítica, y sobre todo, mucha humildad. Qué pasó con la limitación de sueldos (él y su mujer cobras sueldazos), con el empoderamiento de la militancia (oponerse a él significaba la muerte política en Podemos, y ahora, al irse, deja designada a una sucesora), y la democracia interna (los procesos de decisión en Podemos siempre han adolecido de escasísima participación y de una consecución predeterminada por su líder) … Qué fue de la identificación con los más desfavorecidos, con los del barrio de Vallecas, para acto seguido irse a vivir un chalet de ricos muy lejos de Vallecas, y muy apartado de esos mismos desfavorecidos… Y lo peor de todo, el silencio cómplice cuando la horda fascista lo acusó de bolivariano, chavista, comunista (en el peor sentido del término), o los continuos insultos a su persona y su familia sin la contundente y furibunda respuesta que hubiera sido necesaria y deseable… Así, lo que ha parecido es que Pablo Iglesias era una alimaña peligrosa para el sistema de la cual había que deshacerse. ¿Acaso no hemos leído a Sun Tzu? Primero ocurre la contienda moral, la lucha por la razón. Después es fácil destruir al enemigo.

Sin embargo, a pesar de sus fallos políticos, de sus estrategias equivocadas, de su falta de sentido de la realidad para entender el peligro que corría él, y que hacía correr a su familia, no se merecía ni que lo acosaran, ni que un canalla, fascista, como Martínez Almeida celebrase la “expulsión” ¡por fin! de Pablo Iglesias de la política. Siempre que un Partido Político ha tenido un mal resultado electoral, los otros políticos de otras formaciones han mostrado empatía y han deseado lo mejor en la nueva etapa que se abre en las vidas de los afectados. Pero este individuo, embustero y cobarde, que dice haberse “acostado” con decenas de mujeres, (aunque nunca se le haya conocido compañía femenina), se ha alegrado de haber destruido al hombre. Al hombre, que no al político. Al hombre, que no al ejemplo. Al hombre, que no a la rabia. Un saludo a todo el mundo.

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7 COMENTARIOS

  1. Usted y yo habitamos mundos distintos, o realidades paralelas. Miro, remiro y vuelvo a mirar por todas partes, y no acabo de ver las «hordas fascistas» de las que usted habla.

    A decir verdad tampoco veo a la «famélica legíón» dispuesta a tomar el Palacio de Invierno. Lo digo por lo de «comunismo o libertad» tan surrealista como lo de las «hordas fascista»

    Afortunadamente para los españoles hoy los fascistas dispuestos a marchar sobre Madrid son tan escasos como los comunistas dispuestos a asaltar el Palacio de la Moncloa.

    Todo fue un juego de propagandas; Iglesias llamó a «parar el fascismo» como si el tiempo se hubiera detenido y estuviéramos en 1936, y Ayuso, con más sorna que convicción, le respondió «comunismo o libertad» y se llevó el gato al agua.

    • Pues debes de estar ciego.
      También pasó eso hace 100 años, y Hitler acabó en el Reichstag con sus muy conocidas consecuencias.
      Y si en España no hay «famélica legión», todavía, sal de tu burbuja y mira a lo largo y ancho del mundo, aunque quizá tampoco las veas.

  2. Es muy fácil de entender el calvario por el que le han hecho pasar esa turba de crédulos de la infamia con sartas de mentiras con la sola intención de herirlo y desprestigiarlo, esa ira contra su persona y toda su familia acaban con cualquiera, ese trato de bolchevique bolivariano a alguien que solo ha pretendido que los más favorecidos ayuden al mantenimiento del Estado y tengan un poco mas de sentido de patriotismo pagando lo que les corresponde, no solo llevando banderitas colgadas. Valga de ejemplo para los admiradores de la tan liberal USA, los impuestos que pagaron los más ricos, sin rechistar, en tiempos de la gran depresión, cuando había que echar el hombro.
    Cuando entenderán que los que más tienen, tienen que pagar más, por lo visto es algo que no les entra, habrá que seguir machacando para ir avanzando un poco.

  3. Articulo, a mi parecer mediocre, sobre el político mas destacado de la actualidad española que como Julio Anguita se ha atrevido a decir ante todos que el rey esta desnudo.

  4. El problemas es que los perros rabiosos son los que acosaban a Iglesias y familia.
    Y esos, al menos de momento, no se han acabado, sino que están envalontanados.

  5. Está claro que muerto el perro no se ha acabado la rabia. No hay más que leer el artículo para verlo. Ahora hace falta un poco de autocrítica para entender que Pablo llevaba años dando palos a diestro y siniestro, presumiendo de ello y fomentándolo como jarabe democrático. La sociedad madrileña se ha revelado contra él y se ha llevado sólo un porcentaje de la mierda que ha expandido. Hay otras formas de defender las ideas y la gente es mucho más inteligente de lo que él se piensa. Que mire a sus excompañeros. Dejad de dar mordiscos, volved al debate racional y veréis cómo se acaban los perros y los podencos.

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