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Pues eso (Una reflexión sobre las reivindicaciones del sector primario)

José Miguel Ruiz Valls
José Miguel Ruiz Valls
Licenciado en derecho por la UNED. Cambió el oficio de abogado por el de escritor tras más de 20 años de práctica forense. Autor de los libros de ensayo "Todo Tiene Una Razón" y "Todo Al Revés”.
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análisis

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Fíjate que casi todos los agricultores y ganaderos que se manifiestan están subvencionados. ¿Y contra quién se manifiestan? ¡Contra el subvencionador! ¿Piden acaso una mayor subvención? No, lo que piden es que se eliminen las subvenciones, que no haya subvenciones para nadie; y piden también ser tratados igual que los agricultores y ganaderos extracomunitarios. Piden poder usar los mismos químicos: Si son inocuos, que se autoricen para todos y si son tóxicos, que se prohíban para todos porque ¿Qué sentido tiene que se prohíba, a los españoles, la utilización de pesticidas que sí utilizan los marroquíes que venden sus productos en España?

Piden igualdad de trato con los productores marroquies, argelinos, egipcios, sudafricanos, etc. Poder competir con ellos en igualdad de condiciones. ¡O todos moros o todos cristianos! Eso es lo que piden. ¿Y qué nos dice eso? Que en España tenemos ya peores condiciones de vida que en el Magreb.

¿Crees que los señoritos del campo, que viven de subvenciones, apoyarían tales reivindicaciones? Pues hay muchos periodistas que sí lo creen, es más, los hay que aseguran que son duques y marqueses los que han montado el cirio. ¿Puede que digan eso porque son periodistas subvencionados? ¿No nos están demostrando los agricultores y ganaderos que vivir subvencionado es un sinvivir?

El subvencionador siempre pide algo a cambio, o lo que es lo mismo, el subvencionado siempre debe ceder algo, para cobrar la subvención. Las primeras cesiones puede que sean mínimas pero, tras años y años cediendo, el subvencionado ve como lo va perdiendo todo y se vuelve totalmente dependiente de la subvención, esclavo del subvencionador. En el caso de la prensa, la subvención obliga al subvencionado a hablar bien del subvecionador, aunque lo haga rematadamente mal y eso provoca una fuga de lectores que debilita más y más al medio subvencionado y lo hace más y más dependiente de la subvención.

Es evidente que los agricultores y ganaderos quieren escapar del círculo vicioso de las subvenciones; que no se están movilizando por dinero sino por algo mucho más elevado: La libertad. No quieren ser dependientes, quieren seguir siendo independientes, y es esa «actitud independiente» lo que un tal Sordo confunde con «actitud empresarial». Para él, si alguien es propietario de la parcela que cultiva, es empresario, aunque la tenga hipotecada, aunque no pueda pagar la hipoteca porque la ley de la oferta y la demanda le obliga a vender sus productos por menos de lo que le costó producirlos. Según parece, para contar con el apoyo de su sindicato hay que ser «proletario del todo», hay que esperar a que te ejecute el banco.

Fíjate que, como poco, los agricultores y ganaderos nos han dado una gran lección: han demostrado ser auténticos maestros en el ¿difícil? arte de unirse. Cómo han podido lograrlo, sin haber sido convocados por partidos ni sindicatos, es algo que se estudiará, en el futuro, en las universidades. Viendo sus vídeos, se diría que evolucionan como las bandadas de pájaros o los bancos de peces. Cómo lo hacen, esos animales, para avanzar todos, en el mismo sentido, sin chocar entre ellos sigue siendo un misterio para la ciencia. ¡Es como si supieran lo que tienen que hacer en cada momento aunque no haya planes. La misma policía admite que resulta sorprendente!

Y fíjate que la mayoría de los manifestantes son yayos (La edad media de un agricultor español ronda los sesenta y dos años): Hombres y mujeres sencillos y cumplidores, que nunca imaginaron que se las tendrían que ver con los antidisturbios. ¿Puedes imaginarlos, en su cama, la noche antes de salir a cortar carreteras? ¿Puedes imaginar sus pensamientos, sus sentimientos? Pues fíjate que aún hay periodistas que se mofan de ellos, equiparando el concepto agricultor con el concepto paleto. ¡No te extrañes si se vuelve a poner de moda la Charanga del Tio Honorio!

No hace mucho, el ministro del interior se preguntaba, en público ¿Qué es terrorismo? Responderle es muy sencillo: Terrorismo es intentar doblegar la voluntad de la sociedad utilizando el terror, provocando miedo. Cuando el terrorismo se ejerce por los mismos que gobiernan, las leyes internacionales lo catalogan como «terrorismo de estado». Si viéramos en «las noticias» que los policías rusos disparan bolas de goma y gas lacrimógeno contra un grupo de manifestantes de edad avanzada y contra las mujeres y niños que han ido a visitarlos, ¿lo considerarías terrorismo de estado? Pues eso.

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