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Tuve una pesadilla

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análisis

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Releyendo escritos de hace años para mi intento de recopilación en un “libro” de todo lo que he publicado en prensa digital –preferentemente- desde 1997 hasta 2022 me he encontrado esta “pieza” que puede ser muy interesante para todas las personas que dentro de muy poco tendrán que elegir a sus “representantes”. Es un escrito del año 2009, pero, si lo leen, ¿no les parece que hay una gran mayoría de mis preguntas que habría que volverlas a hacer después de 13 años de eso que llaman Democracia?   

TUVE UN PESADILLA

Una pesadilla es vivir en este país día a día. Una pesadilla es lo que soportan más del 60% de los españoles en sus trabajos habituales (los que tienen trabajo, que son los que son). Una tranquilidad, por el contrario, es creer que se vive en una democracia y al despertar te encuentras que lo que tienes es una vulgar plutocracia que te exprime rozando la esclavitud y es cuando comienza de verdad la pesadilla de cada día. Y menos mal que la mayoría de la gente que tiene que trabajar no tiene tiempo para “disfrutar” viendo una de esas películas de terror (ahora casi todas las que ponen en la tele) porque las cinco o las seis de la mañana llegan tan rápido que casi no hay tiempo de añadir más pesadillas.

Sin saber cómo ni por qué; sin explicación posible por no ser del gremio y por no pertenecer a ningún grupo de farsantes, cuentistas, embaucadores, embusteros, o como se les quiera llamar a quienes forman la élite de políticos (de politicastros, podríamos decir de un gran número de ellos) que rigen nuestros destinos; sin estar, obviamente, entre los 350 Diputados del Congreso (que ya mismo serán 400, para hacer bueno eso de: como éramos pocos parió la abuela); sin que jamás se me hubiera ocurrido ese discurso propio de políticos y banqueros: “¡españoles! les estamos engañando, les vamos a despojar de casi todo lo que tienen… tengan paciencia que todo llega, estamos a punto de cuadrar el IRPF, el IVA, el IBI, Etc.”; sin que uno ignore (a pesar de su poca cultura) que Lesotho es un País del África Meridional, que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) era de 600 € en 2008 (ahora, gracias a la tremenda subida experimentada, es de 624 €), que la capitalidad del País Vasco (todavía hay quien dice Las Vascongadas) está en Álava y que el nombre del Presidente ruso es Medvédev y no Putin; sin…

Pero estaba. Sí, ¡estaba en el Parlamento! (en el principal de los 18 del País, en el Congreso de los Diputados, en el que tiene los leones en la puerta y dentro quizás no falte alguna que otra alimaña). Y el Sr. Presidente, tras sus dos errores correspondientes -que para eso es uno de los que más cobra entre la clase política- me nombró, sin equivocarse, para el turno de intervenciones. Turno, dicho sea de paso, de poco tiempo, pues éste está reservado para quienes dominan la paja y el arte de la nana. Y, claro, ocurrió esto:

-Tiene la palabra el Sr. “Amigosesteis”-

-Sr. Presidente, Sres. Diputados-

…Quise empezar a hablar, pero sólo se me ocurrían preguntas y preguntas:

¿Por qué se manipula el IPC al final del año para mantener unas pensiones más propias de un País tercermundista que de uno desarrollado? ¿Por qué no se crea un Supermercado del IPC? (¡sería maravilloso!) ¿Por qué hay tantos pobres en Extremadura, mi tierra, si producimos de sobra para darle de comer a toda Europa y por qué, en contraposición, tenemos tan elevado número de políticos y que, en algunos casos, cobran sueldos escandalosos y gozan de tantos privilegios? ¿Por qué a los políticos extremeños les ocurre como al tonto del pueblo que siempre prefería la peseta al duro para que no se le acabara el negocio? ¿Por qué no se reforma de una puñetera vez el IRPF para que los que más ganan pongan algo y no tengan tantas posibilidades de deducción? ¿Por qué se “compran” -sobre todo en los pueblos extremeños y andaluces- los votos mediante un empleo mal pagado y en condiciones impropias de una Democracia para ganar las elecciones -mayormente las municipales y autonómicas- y cobrar un dineral no sólo los que las ganan sino también el partido político que los sustenta? ¿Por qué tienen tantas ayudas y tantos privilegios las empresas y tan pocas y tan pocos los trabajadores? ¿Por qué se permite el llamado “botellón” (borrachera semanal indiscriminada, incluso -es de Juzgado- entre menores de edad) que afecta gravemente no sólo a la salud sino también a la educación? ¿Por qué se permite a muchos profesionales -no voy a decir el gremio principal por ser de sobra conocido- tener consulta “escondida” en su propio domicilio para no declarar y no contribuir? ¿Por qué se quiere instalar en Extremadura una refinería de interior y alguna térmica para atufar la zona más próspera y llenar los bolsillos, con el dinero de todos, a un industrial -quizás un testaferro-  y quién sabe si a alguien más? ¿Por qué -como se masca- que España compre a otros Países Co2? (¡comprar contaminación!, ¿hay algo más infame?) ¿Por qué se ayuda con dinero público a Bancos y Cajas -que llevan años y años expoliándonos a todos- y por qué no se sabe con cuanto y para qué? ¿Por qué el socialismo siempre tiene que salir en ayuda del capitalismo? ¿Por qué -como dijo el dibujante- todo lo que dé dinero debe ser privado, y todo lo que arroje pérdidas, público? ¿Por qué se ríen de los extremeños -reitero, mi tierra- diciendo que los Bancos y Cajas de la región ampliarán, sin costos, el importe y el plazo para pagar créditos? ¿Por qué no se trata seriamente la educación, la formación (13 millones de trabajadores no tienen formación) y un poquito el orden para evitar el maltrato y la grosería que impera en España? ¿Por qué se utiliza la publicidad institucional para que los medios de comunicación -prensa escrita, preferentemente- silencien las opiniones que no convienen a quienes gobiernan? ¿Por qué hay tantos que clamaban contra la censura durante el régimen anterior a la “Democracia” y ahora la exigen a cambio de dinero en publicidad? ¿Por qué se ha “secuestrado” el sindicalismo -mediante la formación no reglada entre otros menesteres- para que no estorbe al “mangoneo” político y financiero y silencie la calle? ¿Por qué el gasto social y los salarios de España son los más bajos de la Europa desarrollada? (un español tiene de sueldo medio menos de la mitad que un alemán) ¿Por qué se exige mucha productividad (rozando el esclavismo) si se paga una miseria de sueldo? ¿Por qué nuestra justicia está tan devaluada que absuelve siempre a algunos (Botín, Los Albertos, etc., los ricos) y se ceba con los más desgraciados? ¿Por qué nos queremos equiparar a USA, donde basta tener dinero para ser inocente? ¿Por qué los partidos políticos funcionan como clanes -casi al estilo mafioso- y sus líderes dominan todas las materias? (en Extremadura los del llamado “clan de la Oca” que comanda el Sr. Ibarra -Fuentes, Suarez, Ferreira, Ropero, Amigo y algunos más- llevan 25 años saltando de Alto Cargo en Alto Cargo, obviamente, dada su magnífica cualificación) ¿Por qué…? ¿Por qué…? ¿Por qué…?

…Pero no tuve tiempo para hacer ninguna, evidentemente.

-muchas gracias Sr. “Amigosesteis”-

– Ha terminado su turno de “en breves segundos” (que locuacidad tiene este hombre, como domina el castellano puro de la RAE)-

– Tiene la palabra, en el turno de réplica, el Sr. “Zacacazos” para rebatir lo no dicho por el Sr. “Amigosesteis”-  

Me desperté.

Y sudando aún, iba a decir: “y llorando de alegría me cobijé en sus brazos”, pero eran las siete de la mañana y mi esposa debía acudir a su trabajo, como es fácil entender, por un salario paupérrimo y unas condiciones aún peores… Y gracias. Así que dejé a Chavela Vargas para mejor ocasión y me levanté para acompañarla al curro (que menos se puede hacer con quien trabaja, ¡con quien tiene la “suerte” de tener trabajo!).   

De vuelta a casa puse la TV y, ¡qué curioso!, allí estaban ellos (sí, los del Congreso de los Diputados), enfrascados en la discusión -de ninguna de mis preguntas, por supuesto- entre risas y bromas, para justificar dos o más sueldos altos -muy altos-, una pensión excepcional, la cuadra de caballos del chico, los vehículos de lujo, el yate, los estudios de los hijos en Inglaterra o USA, los escarceos en los sitios más caros y sofisticados, las mil y una corbata de seda diferente, el dom perignon, la suite para compartir -si cae el caso- con alguna compañera de partido o de la oposición, el menú de Ferrán Adrián, el viaje a una de esas islas maravillosas del Egeo o del Pacifico o al distinguido paraíso fiscal de Mónaco, la finca de caza (sin refinería cerca) o el safari en Kenia, entre otros gozos y placeres sólo reservados a la élite capitalista prominente, amén de prestigio y reconocimiento por ser traidores a su conciencia y proteger a las clases privilegiadas (ricos y banqueros) para que siga habiendo, en la moderna sociedad, ilotas y parias como cuando se inventó la Democracia.

Democracia que, como ha escrito alguien, “si está marcada por el oscurantismo y la desinformación -caso de una buena parte de España, de Extremadura, sin duda- evolucionará hacia el totalitarismo de la indiferencia, en que nadie es responsable de nada y el miedo reduce cualquier idea de espacio público…” 

¡Felices sueños!

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