sábado, 18mayo, 2024
14.8 C
Seville

El todopoderoso buenismo de las bestias

José Repiso Moyano
José Repiso Moyano
Escritor español de larguísima trayectoria nacido en Cuevas de San Marcos, Provincia de Málaga, que ha publicado miles de obras en 50 años (literarias, de conocimiento,etc), y ha obtenido premios y reconocimientos por su participación en concursos, periódicos, revistas, recitales, programas de radio, acciones humanitarias y eventos literarios en todo el Mundo.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Todos los seres humanos mueven (por egoísmo, ignorancia, fanatismo, irresponsabilidad, etc.) incontables mentiras en el mundo, las cuales se fortalecen cada vez más o se hacen casi invencibles, obvio. Las mentiras o el resultado de ellas asimismo “se blanquean” por muchos intereses sucios e inevitables de muchos poderes que crean los seres humanos.

En realidad, todo poder va a justificarse como un bien y, cuanto más fuerte o más poder sea, más va a presionar a la sociedad (casi siempre censurando otras cosas) por establecerse como un solo bien (aunque nunca lo sea) o como bueno. Eso es así… lamentablemente.

Sí, no existe ser humano (en manos de un poder o de una censura) que no imponga su dictado irracional de que es bueno; pero, cuanta más desinformación mueva (protegiéndola) en y hacia la sociedad, más destrucción desarrollará de la manera más sutil posible. Y así más mentiras garantizará un día y otro, y después otro.

Además, cualquier buenismo (el hacer pasar como bueno lo irracional o lo falso) siempre va a quitarse de el medio a lo que real u objetivamente es bueno o racional; y ya se valorará solo (por defecto o por inconsciencia colectiva) lo que va con ese juego o reglamento, o sea, se valorará indudablemente por todos los intelectuales sin cesar lo mafioso o lo inmoral.

Claro, en la creación humana o en la sociedad casi todo funciona como una fábrica de buenismos o de un “blanquear” todas las estupideces que satisfizo y satisface el ser humano, y hasta el punto de que (por consecuencia) es una determinante valoración humana, invencible en cualquier intelectualidad o élite social.

Por ejemplo, una política es y será una todopoderosa fábrica de buenismos, en donde sus integrantes siempre lo justificarán todo (incluida cualquier ceguedad o violencia instrumental) por quedar como buenos o intocables en “sus maravillosas grandezas” de seguir una política.

Pero, cuanto más poder tengan esos seguidores o buenistas (de protagonismo en la sociedad), más abusarán con una valoración siempre objetivamente inmoral o destructiva (aunque para ellos sea una maravilla, sí, usando un corporativismo también inmoral). El caso es que por un camino u otro camuflan de ellos una “inquisición” que actúa siempre contra la verdad o contra la razón.

En fin, ¿qué puede resistir ya el humillado?, ellos siempre van a destruir a uno o a otro bien al mismo tiempo que imponen unas infraestructuras que solo premian a las seudorrazones, a las estéticas afines a la sinrazón, a las mentiras o a los repugnantes buenismos. Y, al final, el tiempo pondrá su última palabra, sí, ya después de que todas las mentiras hayan construido preciosos imperios y hasta adineradas ciencias generadas solo en mentiras y en solo mentiras.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído