Resulta cuanto menos chocante que SEBASTIAN VETTEL abandone un puesto que inmediatamente quiere FERNANDO ALONSO. Vettel es más joven que Alonso y aún podría aguantar unos años ganando muchos millones y corriendo en Fórmula 1. Pero dice que se va. Dice que prefiere irse. Y da que pensar. Incluso hasta sus máximos incondicionales a estas alturas admiten que sin el Red Bull Vettel jamás habría ganado los cuatro campeonatos mundiales. La crítica especializada está razonablemente de acuerdo en que Sebastian Vettel es un gran piloto, pero no un piloto excepcional.
Aunque para nosotros la clave de la deserción de Vettel y el hambre inacabable de Alonso se centran en lo que hemos dicho en el título de este suelto. Vettel tiene hijos. ¿Qué significa tener hijos? Significa que hay, o puede haber, otras cosas igual de importantes o incluso más importantes para una persona que su profesión. Los humanos más ambiciosos, sean hombres o mujeres, tienden a no tener hijos en esta época para centrar toda su energía y talento en la batalla, para convertirse en los más grandes.
Hamilton tampoco tiene hijos y Verstappen no sabemos si los tendrá cuando llegue a la edad de los anteriores. De momento Verstappen no los tiene y Checo Pérez -interesante- sí, y aunque cuando llega al hijo es una inyección de energía alucinante, que parece dotar de superpoderes a padre o madre, a medida que el hijo va creciendo de algún modo se entrega lo mejor de uno mismo a la descendencia y el propio ombligo pasa a un segundo plano.
Vettel tiene hijos y otras aspiraciones en la vida. Fernando Alonso ha sido campeón del mundo de Fórmula 1 dos veces, campeón del mundo de Resistencia, y además ha ganado nada más y nada menos que dos veces las Veinticuatro Horas de LeMans. La carrera más mítica que existe.
Pienso que le veremos ganar otro mundial de Fórmula 1, ser el piloto más senior de la historia en conseguirlo. Y quizá después sí, no hay prisa quizá cuando Alonso lo decid, tendrá descendencia. Esperemos que tan maravillosa como él.
Tigre Tigre
