El Mar Rojo se ha convertido en territorio peligroso desde que los rebeldes hutíes del Yemen, respaldados por Irán tras la invasión israelí de Palestina, hayan declarado la guerra a todo barco que pase por allí. De modo que cualquier buque comercial o militar que pase por allí puede ser asaltado por los piratas yihadistas.
La situación en la zona es de alto voltaje. Muchas empresas y multinacionales han suspendido sus viajes, o están desviando la ruta evitando pasar por el Canal de Suez y dirigiéndose hacia el Cabo de Buena Esperanza, lo que puede provocar retrasos en la llegada de los cargamentos y una desestabilización del comercio mundial. Ya se habla de que España podría sufrir un desabastecimiento de productos y materias primas básicas estas navidades. Y en Bruselas hay preocupación, ya que está en juego el abastecimiento de petróleo a Occidente.
La comunidad internacional, con Estados Unidos al frente, está preparando el envío de una coalición o flotilla para proteger a sus barcos. España está decidida a tomar parte en este dispositivo bajo amparo de las organizaciones internacionales, aunque aún no se ha concretado el número de fragatas o corbetas que se pueden enviar a la zona en los próximos días.
Ahora bien, ¿quiénes son los rebeldes hutíes que desafían la economía global? El grupo insurgente de etnia zaidí chiita –aunque incluye también a suníes– opera en Yemen desde la década de 1990. Autodenominados como Ansarolá (Ansar Allah, “partidarios de Dios”), nacieron como oposición al expresidente yemení Alí Abdalá Salé, al que tildaron de gobernante corrupto amigo de los infieles sionistas y yanquis. Basta con leer el eslogan de los hutíes, “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria del islam”, para entender que estamos ante una guerrilla fundamentalista religiosa con una infraestructura militar nada desdeñable.
Los hutíes tomaron parte en la revolución yemení de 2011, participando en protestas callejeras y coordinándose con otros grupos de la oposición. Desde 2015, han luchado en la sangrienta guerra civil que se libra en Yemen. Arabia Saudí, empeñada en controlar el territorio vecino, trata de acabar con ellos desde hace años sin conseguirlo. En realidad, en el trasfondo de este conflicto está la guerra fría que libran sauditas e iraníes por la hegemonía en Oriente Medio.
No conviene despreciar el poder militar de los hutíes. Esta guerrilla ha lanzado repetidos ataques con misiles y aviones no tripulados y contra ciudades saudíes, sembrando el terror entre la población. Su gran hazaña llegó el 20 de enero de 2015, cuando tomaron el palacio presidencial de la capital del país. Ejercieron el control, disolvieron el Parlamento y declararon que su Comité Revolucionario era la autoridad interina en Yemen. Una coalición formada por Arabia Saudita, Baréin, Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Jordania, Marruecos y Sudán llevó a cabo un ataque aéreo contra los insurgentes pertrechados en Yemen, pero no lograron acabar con ellos. Estados Unidos colaboró en la planificación del plan, así como en el apoyo logístico y de inteligencia. En enero de 2021, Estados Unidos incluyó a los hutíes en la lista de organizaciones terroristas.
Ideológicamente, los hutíes imitan el modelo de Hezbolá, la guerrilla libanesa. Confusos en sus principios políticos pero firmemente arraigados en los religiosos, se han erigido en defensores de los grupos tribales marginados y de la secta zayidí. Están marcados por una férrea y rígida interpretación del Corán (Camino Coránico llaman a su doctrina) y por una legitimidad que ellos mismos se atribuyen al derecho absoluto y divino proveniente de la estirpe de Ahl al-Bayt (descendientes del Profeta). Profesan el jaroudismo, una rama fundamentalista del zaidismo. Los zaidíes reconocen a los mismos cuatro primeros imanes que el resto de los chiíes, pero no al quinto, Mohamed el Báciro, a quien sustituyen por su hermano Zayd ibn Ali, que en el año 740 promovió una rebelión contra el poder omeya.
Ataques en el mar
Este domingo, los hutíes reivindicaron los ataques con misiles y drones perpetrados contra los buques de carga Unity Explorer y Number 9 –que calificaron como barcos “israelíes”–, mientras transitaban por el mar Rojo, escenario de una creciente tensión por la guerra en la Franja de Gaza. Anteriormente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos había confirmado un ataque lanzado el domingo por la insurgencia hutí contra su destructor USS Carney.
Según el comunicado, recogido por la corresponsalía en Washington de la cadena Al Arabiya, el destructor norteamericano “abatió en un primer momento un avión no tripulado de la insurgencia hutí en su dirección mientras navegaba por el sur del mar Rojo”. A continuación, el destructor observó que “un misil balístico había sido disparado contra un carguero civil, identificado como el Unity Explorer”.
Lo que están haciendo los yemeníes, en provecho de los palestinos, me parece bien y correcto. Los terroristas y piratas no son ellos, ellos solo defienden sus hermanos del genocidio de los simios. Muy noble por su parte. El terrorismo americano debería tener ya consecuencias para ellos y sus amigos genocidas sionistas.
Estos monstruos están emulando el genocidio de los verdaderos americanos y lo hacen bien, son buenos alumnos suyos y de Hitler. Nos han convertido en asesinos. Ciertamente en todo los días de conflictos en Ucrania, Rusia no ha matado ni una centésima parte de los niños muertos por los americanos, junto a los simios sionistas.
España no debería intervenir contra los defensores de los palestinos. En todo caso; armas para Palestina. Ucrania debería ser libre, entera y Europea. Nada contra los judíos. Todo contra los sionistas de la estrella gamada.