Bonito lo de Alcaraz, triste lo de Nadal

Un buen show: el Netflix Grant Slam.
Alcaraz contra Nadal, Nadal contra Alcaraz, dos generaciones frente a frente y al mismo tiempo una lucha fratricida entre jugadores del mismo país.

En las casas de apuestas el gran favorito era Rafael Nadal. Sin embargo, y si profundizamos un poco y nos fijamos en cuánto dinero han recibido uno y otro jugador por participar en el show de Las Vegas parece que la organización tenía claro quién era más valioso de los dos. Medio millón para Rafael Nadal, y casi el doble para Carlos Alcaraz. Dólares.

Quizá podría existir la sospecha de que el partido estaba amañado y decidido de antemano, y supongo que alguna cosa se habló para que ninguno se viese obligado a forzar y corriese el peligro de lesionarse, pero la calidad del encuentro fue tal que sería imposible que el resultado final estuviese amañado, o al menos esa es nuestra opinión, aunque no estábamos sentados en Las Vegas sino al otro lado de una pantalla de televisión.

Ver ganar Alcaraz es lo que necesitaba la afición española porque en él reposan todas las esperanzas del futuro. Ver perder a Rafael Nadal, después de levantar como un jabato cinco bolas de partido, es triste. Una tristeza que no se puede evitar.

Pero hay que mirar hacia otro lado. Aceptarlo como un relevo generacional. En España somos muy afortunados teniendo dos jugadores de un nivel tan excepcional.

Y que tampoco dé nadie por acabado todavía a Rafael Nadal. El Rey del Barro. Si la «máquina» aguanta Roland Garros no se le escapara.

Tigre Tigre