El primer día después del período de reflexión impuesto por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la polarización y desinformación en la política española, la Asamblea de Madrid se convirtió en el escenario de un intenso enfrentamiento dialéctico entre las fuerzas políticas. Lejos de atender la llamada de Sánchez para reducir los decibelios de la discusión pública, Ayuso en el pleno del parlamento autonómico se caracterizó por un tono elevado y declaraciones provocativas que reflejan la profundidad de la división política en la capital.
Ayuso habla de «sangre», «muerte», «guillotinas» y «fascismo»
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, utilizó un lenguaje cargado de connotaciones violentas al hablar de «sangre», «muerte», «guillotinas» y «fascismo» para describir a la oposición de izquierda, mientras que deliberadamente ignoraba a Vox, cuestionando su relevancia en el panorama político. Su retórica buscaba resonar con sus bases, adoptando un enfoque desafiante frente a las críticas y mostrando un apoyo implacable al gobierno de coalición.
En respuesta, Manuela Bergerot de Más Madrid no se quedó atrás en intensidad. Acusó al Partido Popular de promover bulos que socavan la democracia y etiquetó a Ayuso como un «virus para la democracia«, ampliando el campo de batalla retórico. Bergerot también aprovechó el momento para desplegar lonas con datos sobre las víctimas en residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia, un tema sensible y de gran carga emocional.
Ayuso, por su parte, contraatacó burlándose de la postura de Bergerot y acusando a la oposición de querer instaurar un «nuevo tiempo» dictatorial. También lanzó dardos hacia el portavoz socialista, Juan Lobato, al que ridiculizó por su aparente condescendencia y su papel en la Asamblea, que según ella, se reduce a intentar impresionar a Sánchez.
Rocío Monasterio carga contra la presidenta
La sesión plenaria también vio cómo Rocío Monasterio de Vox pedía a Ayuso que defendiera el respeto a las instituciones de los ataques de la izquierda, aunque sin dejar de criticar a Ayuso por adoptar prácticas que asocia con el gobierno de coalición a nivel nacional, como la intervención en medios públicos y organismos de control.
Este intenso intercambio en la Asamblea de Madrid subraya la dificultad de moderar el tono en un entorno político cada vez más cargado. A pesar del llamamiento de Sánchez para una política más templada y centrada en la veracidad, la realidad en Madrid muestra que la crispación sigue siendo una herramienta persuasiva y movilizadora en manos de los políticos.
Además, los comentarios de Ayuso sobre no perseguir a los medios de comunicación que le son incómodos contrastan con su reciente apoyo a las amenazas de su jefe de Gabinete hacia elDiario.es, evidenciando la complejidad y las contradicciones dentro del discurso político actual.
Este panorama en la Asamblea de Madrid no solo refleja la división política local, sino que también plantea preguntas sobre la efectividad de los llamados a la calma en un clima político que se beneficia del conflicto y la confrontación. A medida que España se acerca a nuevas citas electorales, la capacidad de los líderes políticos para manejar y eventualmente reducir esta polarización será fundamental para la salud de su democracia.
Los perros y las perras estan rabiosos,no han conseguido que Sanchez dimita.
Ayuso es un persona egocéntrica, egoísta, ambiciosa…es por lo que siempre necesita ser la protagonista, el centro de atención …sin escrúpulos… Siempre crea estrategias para conseguir su objetivo… «El Poder», cuenta con sus aliados en los medios de comunicación y en el Poder Judicial se torna evidente después de su gestión en las residencias…El refrán «A cada santo le llega su día» es una expresión que significa que cada persona recibirá lo que se merece, ya sea bueno o malo…Ayuso tendrá que dar explicaciones ante los españoles…