sábado, 18mayo, 2024
24.8 C
Seville

Construye y deja construir

José Repiso Moyano
José Repiso Moyano
Escritor español de larguísima trayectoria nacido en Cuevas de San Marcos, Provincia de Málaga, que ha publicado miles de obras en 50 años (literarias, de conocimiento,etc), y ha obtenido premios y reconocimientos por su participación en concursos, periódicos, revistas, recitales, programas de radio, acciones humanitarias y eventos literarios en todo el Mundo.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

El pensar de todos en el mundo es el único responsable de lo que pasa en el mundo. Por eso es tan importante que, el pensar de todos, no esté en manos de otros intereses que no sean la cordura, la razón demostrada a solo razón y esa gran fidelidad de que se aplica de verdad la ética.

Pero, además, el pensar de todos no puede ser de ninguna manera muy condescendiente a los intereses de solo unos, no puede ser sumiso a cualquier poder o a cualquier abuso de poder, ni siquiera puede aceptar y seguir (a modo de abundar SEGUIDORES) las sinrazones en boga de cualquier youtuber o bocazas o “cazafantasmas” de los medios de comunicación.

Por eso es tan importante que, el pensar de todos, no prohíba nada de lo que es de todos y solo de todos (como la Naturaleza o cualquier esencialidad) ni permita (sin ataduras de una conciencia verdadera o racional) a algún erróneo camino que va directo a la destrucción del bien o a algún destruir lo que es esencialmente vital o ético. O sea, que nunca jamás el pensar de todos (aquí o allá o en donde sea) tiene un real derecho a destruir (por uno u otro motivo) a ése camino socialmente imprescindible que va hacia el bien social o común.

En realidad, todo esto empieza en que el pensar (en cada uno) debe ser (por imperativo de bien) responsable y nunca jamás ha de ser falso-aparente o descuidado o vendido pensar (a intereses irracionales). ¡Claro que sí!, el pensamiento, en cada ser humano, es lo único que garantiza el bien solo si es responsable, solo si es de verdad responsable. Y, para ello, ha de adaptarse más a la razón o a la cordura que a todo lo demás, ¡siempre!, algo que significa un responder estrictamente a la realidad o a los hechos que alguien realiza con un conocimiento autocrítico, con un humilde reconocer a toda racionalidad ajena y con un renunciar a toda complicidad con cualquier sinrazón social.

Construir, por principio, es que no se sabe destruir ni consciente ni inconscientemente, y también conlleva que de ninguna manera ahí se amparan los elementos que causan o alimentan una destrucción, en tanto que siempre éstos guardan una estrecha relación con cualquier sinrazón. Construir es, por desarrollo-finalidad, que se dicen o se hacen las cosas con un procedimiento totalmente ya antagonista al procedimiento que es característico de cualquier destrucción. Seguro.

He ahí que, el que quiera de verdad construir, tiene antes primero que renunciar, apartarse o no ser seguidor de lo que parece bien (pero no es racionalmente bien), de lo que parece gracioso o popular o simpático (pero confunde o no ayuda estrictamente a una construcción social).

Es decir, eso que no está equilibradamente claro (o ya confunde ante alguna razón), ya no da una garantía de construcción social, ¡no la da!, aunque sea muy bonito o poético o muy bello, aunque parezca positivo o solidario o magnífico, aunque tenga una sonrisa muy patriótica y elegante, ¡eso es!, aunque dé besitos eternos y hermosos a la humanidad.

¡Las cosas como son!

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído