Aunque no lo creamos, la ansiedad es una compañía constante en nuestras vidas, una sombra que puede oscurecer los días más brillantes y nublar por completo nuestra perspectiva. Al contrario de lo que se piensa, sus efectos no se limitan a lo emocional; también se manifiestan en el cuerpo, afectando a nuestra salud y calidad de vida. Algo tan simple como tener sensación de ansiedad y nervios en el estómago puede provocar mucho más que esto.
Y vamos a verlo aquí, porque vamos a explorar todos los síntomas físicos que genera la ansiedad y cómo estos influyen en nuestro día a día, además de las causas más comunes de esta. Vamos a ver todo esto y a darte una serie de estrategias para que puedas gestionar y vivir con normalidad los episodios de ansiedad.
Síntomas físicos de la ansiedad
Cuando pensamos en la ansiedad, a menudo nos enfocamos en la inquietud emocional. Sin embargo, esta respuesta natural al estrés no se limita a lo mental. Los síntomas físicos de la ansiedad pueden ser tan graves como los psicológicos y, a menudo, más difíciles de ignorar.
Cansancio y problemas para dormir
La fatiga crónica es un síntoma físico de la ansiedad. El constante estado de alerta y la preocupación pueden agotar nuestras reservas de energía. Además, los problemas de sueño (como el insomnio) a menudo acompañan a la ansiedad, lo que puede tener un impacto significativo en nuestro rendimiento y bienestar.
Problemas gastrointestinales
La ansiedad también puede manifestarse en el sistema digestivo. Las náuseas, la diarrea y la indigestión son síntomas físicos comunes de la ansiedad. Estos problemas pueden afectar a nuestra capacidad para disfrutar de las comidas y llevar una vida normal.
Tensión muscular y dolor
Uno de los síntomas físicos más comunes de la ansiedad es la tensión muscular. Cuando estamos ansiosos, nuestros músculos tienden a contraerse, lo que puede llevar a dolores de cabeza, espalda y cuello. La rigidez muscular constante puede convertirse en un peso difícil de llevar en la vida diaria.
Problemas cardíacos
La ansiedad puede hacer que el corazón lata más rápido de lo normal. Las palpitaciones y la sensación de que el corazón palpita con fuerza pueden ser aterradoras. Aunque generalmente son inofensivos, estos síntomas pueden influir mucho en nuestra actividad cotidiana, de hecho, si se prolongan, es recomendable acudir a un especialista.
Estrategias para gestionar la ansiedad
No existe una fórmula perfecta que nos diga cómo controlar los nervios y la ansiedad, pero sí que hay ciertas pautas que ayudan a gestionar mucho mejor sus síntomas hasta erradicarla por completo. Aquí vamos a ver las más destacadas y recomendables:
Ejercicio regular
Esto es más una medida preventiva que resolutiva, aunque también ayuda en esto último. El ejercicio es una buenísima herramienta para reducir la ansiedad. La actividad física libera endorfinas, que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo.
Técnicas de respiración
Aprender técnicas de respiración profunda puede ayudar a controlar la respuesta de lucha o huida de la ansiedad. Al realizar ejercicios de respiración consciente, es posible calmar el sistema nervioso y reducir la tensión muscular.
Reducir el uso de redes sociales
Parece que no, pero las RRSS pueden ejercer una enorme presión que deriva en ansiedad. Por eso, lo mejor es que limites tu tiempo usando redes sociales y, sobre todo, dejes de seguir a cuentas que te causen rechazo. Construye un entorno positivo que te ayude a mejorar tu bienestar.
Mindfulness
La atención plena implica prestar atención consciente al presente, sin juzgar y soltando el lastre de todo lo que te rodea por el pasado. La meditación y otras prácticas de atención plena pueden ayudarte a reducir la ansiedad al centrarte en el momento presente.
Terapia y apoyo profesional
La terapia, ya sea individual o grupal, puede ser altamente efectiva para abordar la ansiedad. Un terapeuta puede ayudarte a identificar las causas subyacentes a la ansiedad y proporcionar herramientas específicas para gestionarla.
Causas comunes de la ansiedad
La ansiedad es una respuesta natural al estrés, y en la sociedad actual, hay demasiados factores que contribuyen a su prevalencia. Es importante comprender las causas subyacentes para poder tratar la ansiedad con eficacia y hacer que las técnicas antes detalladas causen un mayor efecto.
Estrés laboral
El estrés en el trabajo es una de las principales causas de la ansiedad en la sociedad moderna. Las exigencias laborales cada vez más altas, los plazos ajustados y la presión constante pueden llevarla al extremo y propiciar la aparición de otros síndromes como el de burnout.
Redes sociales y el síndrome de la comparación
Las redes sociales pueden ser una enorme fuente de ansiedad. La constante comparación con los demás, la presión por mantener una imagen perfecta y la exposición a noticias estresantes no hacen más que ahondar la huella de la ansiedad.
Relaciones personales
Los conflictos en las relaciones familiares y personales pueden desencadenar ansiedad. Las tensiones no resueltas en el hogar pueden llevar a una preocupación constante y afectar la calidad de vida.
