sábado, 18mayo, 2024
20.5 C
Seville

España más allá de la M30

Maximiliano Fernández Ibarguren
Maximiliano Fernández Ibarguren
Licenciado en Periodismo Licenciado en Ciencias del Trabajo
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Que Madrid es España, no hay dudas. Pero que España sea Madrid va a ser que no. Más allá de la M30 existe una España que muchos se esfuerzan en negar, en maltratar, en ningunear. Una España que no se limita a chotis, bocadillos de calamares, toros y cañas. Una España mal llamada “periférica”, con sus singularidades, con sus costumbres, con su idiosincrasia, con sus gastronomías, con sus acentos, con sus lenguas.  

España no fue nunca “Una y Grande” a pesar que durante 40 años nos martillaran con ello en el NODO y en los libros de texto. Basta repasar la historia de construcción de este país para darse cuenta que, lo que hoy conocemos como “España” allá por el siglo XV era un conglomerado de reinos. Tras la unión de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, comenzó a gestarse una nación que incluía, para disgustos de otros en la actualidad, tantas otras.

Esos mismos que intentan borrar esas identidades y singularidades de cada región de este país, suelen sacar pecho diariamente de ser “constitucionalistas” pero, curiosamente “olvidan” que esas nacionalidades están reconocidas en el artículo 2 de la Constitución.                      

En la misma línea , el artículo 3 de la Carta Magna  en su apartado 2 señala que, más allá del castellano “ Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades  Autónomas de acuerdo con sus Estatutos”  y en una clara señal al respeto a la diversidad cultural de este país remata “ La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es  un  patrimonio  cultural  que  será  objeto  de  especial  respeto  y  protección”. En pocas palabras,la misma Constitución enmiendan en su totalidad el discurso de los que la defienden: la españolidad conlleva aceptar y respetar la diversidad de sus ciudadanos.

No obstante, esta semana, en víspera de la presentación de enmiendas para el tratamiento en el Congreso de los Presupuestos Generales del Estado para el 2021, hemos asistido a un espectáculo inexplicablemente bochornoso.

Los partidos de las derechas (PP, Cs, VOX) con la inestimable ayuda de sus altavoces mediáticos (cadenas, presentadores, tertulianos, etc.) pusieron el grito en el cielo frente a la propuesta de ERC de “blindar” el catalán, gallego y euskera en, al menos un 8 por ciento, `para favorecer la producción audiovisual de cine y series en las lenguas cooficiales….Sí, porque mal que les pese, son tan españolas como el castellano.

Como es habitual cada vez que el gobierno de colación de PSOE-PODEMOS allana el camino a cualquier proyecto de ley o a la aprobación de las cuentas públicas, desde la bancada de las derechas, sólo se oye hablar de “Cesiones a los independentistas”, “Un chantaje más de los socios de Sánchez” “Quieren romper España” son algunas de sus frases de cabecera. Nada nuevo. Para algunos sectores políticos de este país, España acaba en la M30 porque “España es Madrid” y “Madrid es Madrid”. Fin de la cita.          

Asimismo, no deja de ser curioso que ciertos sectores políticos y mediáticos se lleven las manos a la cabeza porque ERC exija un mínimo de producción en lenguas cuyas cooficialidad, está garantizada constitucionalmente, mientras por otro lado se saltan el principio de aconfesionalidad establecido en el artículo 16.3 de la misma: ayudas por exención del IBI de las propiedades de la Iglesia, el pago de las profesores de religión en las escuelas o  multimillonarios y jugosos contratos , como los de Díaz Ayuso en Madrid, con empresas sanitarias ligadas a la entidad ,son algunos de los ejemplos mas notorios.

Llegados a este punto, merece una reflexión política más profunda y qué mejor que recurrir a los conceptos de la Triada dialéctica del filósofo alemana Georg Hegel.

Si desde Madrid al resto de comunidades se irradia un discurso recentralizador, plagado de estereotipos y requisitos del “buen español” que borra cualquier matiz de singularidad (Tesis) es hasta normal que, por contra, surjan movimientos, llámense, regionalistas que reivindiquen para si el respeto de, sus singularidades culturales, entre ellas, las lingüísticas (Antítesis).

Las lenguas, son el primer signo de identidad de una sociedad y requiere estímulos a la difusión, promoción y producción. Reclamar financiación para que su protección, garantizada constitucionalmente, no se quede en papel mojado, no debería sorprender ni alarmar a nadie.

Sin embargo, la imagen distorsionada de España más allá de la M30 no se circunscribe a las otras lenguas del Estado. En los últimos tiempos, se suelen apreciar en las redes sociales, principalmente en Twitter, y en algunos programas de televisión, momentos de “micro racismos” entre los mismos castellanohablantes. Ridiculizar el acento andaluz de la ex portavoz del gobierno María Jesús Montero fue, durante semanas, deporte nacional. Mención especial merece la pregunta de Pablos Motos a Roberto Leal si, para presentar “Pasapalabra” iba a “suavizar” su acento, como si se tratase de un defecto o tara del que cualquier andaluz debería de avergonzarse.

Tampoco se quedan atrás, las risas que a veces provocan el “seseo” de los canarios, las “l” y “R” de los catalanes, la musicalidad cantarina del gallego hablando castellano o la rapidez de los murcianos.  Todos “microracismos”que intentan borrar la diversidad lingüística, histórica y cultural de este país.

Cuando la derecha mediática y política rompa el cascarón de la “España una y grande” que minó la conciencia de los españoles durante 40 años de dictadura y acepte la heterogeneidad de esta sociedad, podremos finalmente llegar a una convivencia cordial y pacífica.

Mientras persistan en posicionarse como herederos de ese discurso recentralizador, rancio y caduco, del otro lado se encontraran con un movimiento que luchará por mantener su identidad.

Retomando la triada dialéctica de Hegel, la Síntesis se antoja complicada… y muy lejana en el tiempo.      

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

  1. No se lo que le pasó por la cabeza a Fernando de Aragón para regalar a los castellanos todos los territorios conseguidos por su padre, Aragón, Cataluña, Valencia, sureste de Francia, Cerdeña, Córcega, Sicilia, El Reino de Nápoles y todas las delegaciones en los puertos importantes del Mediterráneo, el rey de Portugal que sabía de Isabel y sus histerias no aceptó la oferta y se la pasaron a Fernando y así quedó la cosa, los amos de todo, los madrileños.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído